Se inició de manera casual en la cerámica hace ya casi 20 años. Buscando la rosaleda del parque del Oeste, se topó con la escuela de cerámica de la Moncloa, fue amor a primera vista, pasó cinco enriquecedores años de los que guarda un gran recuerdo. Luego continuó su trayectoria ayudando durante dos años al investigador Manuel Keller Soria. Más tarde, puso en marcha en Madrid, un pequeño taller de cerámica llamado «Epigono» donde compartía espacio con otros cerámista que estaban empezando como él.
Con el auge de los mercados medievales, comenzó a realizar talleres demostrativos de alfarería a lo largo y ancho de toda España, y por una cosa o por otra, vino a parar a un pequeño pueblo de la provincia de Segovia, Cabañas de Polendos, que había iniciado un interesante proyecto de artesanía con el fin de revitalizar la zona.
Desde entonces, han pasado muchas cosas y muchos años, durante los casi 13 años que lleva en Segovia y gracias a las facilidades y ventajas que encontró en este proyecto de artesanía en comunidad, ha podido dedicar las muchas de horas de taller necesarias para dominar el oficio de alfarero.
Ha impartido muchos talleres y cursos de cerámica a grupos, colegios y asociaciones y actualmente es profesor en Espacio Arte.
En cuanto a su cerámica, podríamos decir que trabaja en diferentes lineas que en ocasiones convergen entre si:
- La línea gallina, es decir, la del día a día, los encargos que dan de comer, como pueden ser las placas para las casas rurales, trofeos, murales, placas para calles, cerámica para hostelería.
- La línea águila, la de los altos vuelos, la artística para exposiciones, la que se hace por el placer mismo de hacerla y para el disfrute personal.
- Y una tercera vía, el Animalario del Dr Bremon, un eminente cientifico con el que colaboró y que ha descubierto especies desconocidas para la ciencia y artilugios sorprendentes……